A finales del siglo XVI la reina Isabel I, la última de los Tudor, murió sin dejar descendencia y Jaime VI de Escocia se sentó en el trono inglés como Jaime I de Inglaterra y de Irlanda. Para entonces prácticamente existía una guerra abierta entre católicos y protestantes y la quema de brujas era una moda en su apogeo. De hecho Jaime nació y se crió como católico pero se convirtió al protestantismo siendo adulto.
En uno de los muchos complots e intrigas de aquel entonces, un católico de York llamado Guy Fawkes y otros muchos conspiradores planearon destruir el parlamento (con Jaime I dentro) e iniciar una revolución, curiosamente desde el condado de Warwickshire (en el que vivo). "El complot de la pólvora" era bien sencillo. Alquilaron un pequeño almacén en los sótanos de la House of Lords y lo llenaron con 900 kilos de pólvora. Suficiente para reventar el palacio de Westminster, la abadía, y unos cuantos edificios colindantes.
El parlamento por aquel entonces no era algo tan del dia a dia como es ahora. Entre guerras, pestes y hambrunas podían pasar muchos meses, incluso años, sin que se celebrase ninguna sesión. La pólvora tuvo que esperar más de un año hasta la apertura prevista para diciembre de 1605. Por otro lado, había muchos conspiradores involucrados en la trama y uno no pudo evitar aconsejar a un amigo suyo que se escaqueara de ir al parlamento ese dia. De ahi se levantaron las sospechas y descubrieron la pólvora.
Al pobre Guido Fawkes lo pillaron con mecha y cerillas en el bolsillo y al parecer no negó su culpabilidad en ningún momento. Después de la debida tortura y confesión de los cómplices, fue arrastrado por toda la ciudad, sus genitales y entrañas quedamos ante sus ojos y finalmente descuartizado.
Desde entonces se celebra la Bonfire Night, o Guy Fawkes Night, todas las vísperas del 5 Noviembre. Es la noche de los fuegos artificiales y los niños hacen muñecos rellenos de papel que luego hacen arder en la hoguera. En más de un sitio he leído que la palabra "guy" que los americanos usan para decir "tío" u "hombre" o "menda lerenda" viene precisamente de esos muñecos que hacen los niños. En Inglaterra "guy" viene a significar "alguien que viste raro".