Emigrar

Uno de mis compañeros de piso, Chris Savielis, es australiano de origen griego. A finales de la semana que viene vuelve a Australia para empezar una vida seria con su novia. Pero antes de que se fuera, unos familiares suyos, un tío y una prima de Grecia, han querido aprovechar para visitarlo aquí en Londres.

Ayer mientras cenábamos poco a poco fue saliendo la historia del tío, de cuyo nombre no me acuerdo pero de apellido Papajonis. Por lo visto, nació justo antes de la segunda guerra mundial, y a los pocos meses su padre emigró a Australia a trabajar en el campo y mandar dinero a su familia. Desafortunadamente la guerra los pilló unos aquí y al otro allí.


No me he enterado bien cómo fue, pero al parecer los comunistas griegos, que estaban en plena lucha por el poder tras la guerra, raptaron 25.000 niños y los mandaron a países del entorno soviético (Bulgaria, Checoslovaquia,...) para adictronamiento comunista. Pues bien, este Sr Papajonis, tío de mi compañero de piso y joven hijo del que se fuera a Australia, fue uno de esos niños. Creció saltando de país en país, habla macedonio, ruso, checo, búlgaro y rumano. Trabajó de soldador y tornero la mayor parte de su vida, en la división militar de Skoda. Hace ocho años regresó a Grecia con una de sus hijas (que también está aquí de visita).

Con los años el padre, el que había emigrado a Australia, se volvió a casar y tuvo una nueva familia. De hecho es el abuelo de Chris. Y ya para rizar el rizo, muchos años después de la desaparición del niño, cuando la familia no sabía que hacer para localizarlo, un hermano suyo que había emigrado a los EEUU lo localizó a través de Cruz Roja.